¿Tenemos que reiniciar?


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 Hace algunos días terminé de leer el libro de Jaron Lanier, un viejo conocido de la era digital, recientemente descubierto por quien bloguea (antes usábamos el que suscribe).  A través del concepto de “realidad virtual” (desarrollado mientras trabajaba para la compañía de videojuegos Atari), Lanier probablemente fue de los primeros en vislumbrar la revolución digital de nuestros díaspara luego transformarse en uno de los grandes apóstatas actuales.

Científico informático, creador de software, músico increíblemente talentoso, coleccionista ávido de instrumentos musicales  y prolífico escritor, el último libro de Lanier se titula Who Owns the Future? (“¿Quién posee el futuro?”), donde el autor continúa la crítica comenzada en libros como You’re Not a Gadget (“No eres un gadget”) al modelo de sociedad que el capitalismo y el Internet han creado –con un poco de ayuda de todos.

En la Wired de abril de 2013, Lanier sentencia: «The online Utopia doesn’t exist. We need to reboot» (La utopía online no existe. Tenemos que reiniciar») y en el prólogo cuenta la historia de cómo Kodak generó en su apogeo, más de 140.000 puestos de trabajo.  Pero hoy Kodak está en bancarrota y el nuevo rostro de la fotografía digital es Instagram. Cuando Instagram fue vendido a Facebook por mil millones de dólares en 2012, dieron empleo solamente a 13 personas. De eso se tratan las preguntas de Who Owns the future. Lanier se pregunta por qué las nuevas tecnologías no generan empleos por sí solas, como ocurrió con el cambio de la pintura a la fotografía o de los caballos a los motores de combustión interna a principios del siglo pasado, así como eso que para él es la única solución a este problema: “podemos sobrevivir sólo si destruimos las clases medias de músicos, periodistas y fotógrafos”, pues en última instancia “no nos damos cuenta que nuestra sociedad y nuestra democracia finalmente descansan en la estabilidad de los empleos de la clase media… Y eso es lo que estamos destruyendo y lo que yo estoy tratando de preservar. ”

Y agrega: «Ordinary people DO get benefits in this regime, but they are the benefits of an informal economy, not a first-world economy: you can show off, and a token number of people will find rewards for having done so. Occasionally a Kickstarter project or YouTube video will bring a windfall, but overall, only a tiny, token number of people will benefit from the system. The rest live in hope.»

 Al parecer la coartada del Internet es que “todos” tienen oportunidad de volverse el próximo hit viral, de publicar sus libros en formato electrónico o su música. Nada más alejado de la realidad. Internet (con todas las ventajas que el mismo Lanier apunta y que aún seguimos descubriendo) ha destruido la capacidad de la clase media de conformar un verdadero contrapeso al 1% que controla el flujo de capitales. El potencial subversivo del Internet creó la imagen  de que todos seríamos nuestros propios jefes, que todos tendríamos asientos de primera fila en la “supercarretera de la información”.

Si miro un poco más profundo, no puedo dejar de recordar las enseñanzas de George Orwell en 1984, aquella novela que instaló el concepto de Gran Hermano.  Me pregunto cuál es el precio que debemos pagar  por nuestra insaciable demanda de información, entretenimiento y acceso a la comunicación instantánea. «La mayoría de las personas no saben que están pagando o se arrepentirán de hacerlo en el futuro», apunta el visionario.

We «expect online services… to be given for free or, rather, in exchange for acquiescence to being spied on»

Realmente Internet y la revolución de la web 2.0 ha cambiado el mundo», pero la idea de que no debemos ser autocríticos, como dice Lanier, » es irresponsable».

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MOOCS: ¿democratización del conocimiento o parodia globalizada?

Hace tiempo que se viene produciendo (y mucho…) acerca de los MOOCS, sus inmensos beneficios, sus magníficos? resultados y su crecimiento exponencial.  Por si no lo saben, los MOOCS son cursos abiertos en línea y masivos, que vienen ofreciendo muchas universidades del mundo de manera gratuita (hasta que pides el certificado) y que se desarrollan en plataformas de e- learning.

An no hay estudios serios acerca del » efecto embudo» de estos cursos que genera tanta deserción, y en general hay poca producción que analice con objetividad y realismo el real alcance.

Algo interesante ocurrio en los CLED 2013   en la cual participaron Juan José CalderónOmar MiratíaMariano Fernández y Larry Lugo; todos la conducción de Sybil Caballero, el apoyo técnico de José Rodríguez y las crónicas de Salomón Rivero López.donde se realizaron reflexiones críticas y hubo fuertes opiniones encontradas respecto a los cursos masivos. Sería interesante seguirla por aquí…

«Entre los aspectos interesantes que se trataron en la discusión, Calderón planteó que los MOOC no son una panacea, sino una estafa; y para ello parte de distintas reflexiones, como la imposibilidad de que se produzca contenido útil en un ambiente masivo y la verticalidad de procesos en los cuales alguien controla qué, cómo, cuándo y desde dónde se produce el aprendizaje. Agrega que los MOOC no son abiertos porque “hay que meterse en una plataforma de una institución, con una clave y estoy siendo controlado con todos mis datos, mi forma de pensar… El MOOC  es la forma de descubrir a aquellas personas lo suficientemente inteligentes para ser absorbidas por el propio sistema. Los MOOC quieren vender una forma diferente de los certificados.”

Por su parte, Omar Miratía, aunque no se atrevería a lanzar una aseveración tan fuerte como decir que son una estafa, reconoce que hay mucho engaño con los MOOC, ya que se ofrece un curso a alguien para después cobrarle una cuota por certificación. Agrega que existe porque “quienes nos inscribimos en un MOOC se supone que tenemos el deseo de aprender algo que por lo general no aprendemos en las aulas de clases. Si tienen ganas de aprender no se entiende por qué los MOOC son un embudo, en el sentido de que al igual de la educación tradicional se inscriben muchas personas y finalizan menos del 10% o 15%”.

Por el contrario, Mariano Fernández sí ve en el MOOC una oportunidad muy grande de aprender para un grupo enorme de personas. Representa, a su juicio, la salida para el problema de formación de una escuela obsoleta ante la necesidad de nuevas habilidades y perspectivas. Permite, asimismo, aprender lo que no aprendieron en la escuela o lo que necesitan en el trabajo, y además que cada quien tome lo que necesita.

Finalmente, señala Larry Lugo que ningún modelo de MOOC hasta ahora ha sido totalmente exitoso. Como aspecto negativo, refiere Lugo que se requiere gran esfuerzo tecnológico cuando los cursos son realmente masivos, sin embargo, no todo es malo, ya que Los MOOC representan alternativas para quienes desean estudiar incluso maestrías. Como salida “ideal” para esta tendencia de aprendizaje, menciona Larry Lugo que se debe ofrecer rutas individualizadas de aprendizaje, sin embargo, el control de esas rutas ilimitadas parece ser hasta ahora una utopía.»

Fuente: http://wwwhatsnew.com/2013/11/12/los-mooc-tema-discutido-en-los-cled-2013/

Video de lo ocurrido en sala de prensa: http://www.youtube.com/watch?v=VhXg0cRfOyo

¿MEDIADOS O MEDIATIZADOS?

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La educación en todos sus niveles y la vida misma en todos los ámbitos, están siendo partícipe de profundas transformaciones alentadas por un contexto vertiginoso, donde las nuevas tecnologías informáticas y comunicacionales cobran significativo valor atendiendo a los cambios en los lenguajes y las culturas. La integración de tecnologías en la enseñanza, requiere de una mirada crítica hacia las concepciones y prácticas pedagógicas en su globalidad, a fin de favorecer la profesionalidad docente y la calidad de la enseñanza.

En el medio, docentes, técnicos, especialistas, intentamos generar pensamiento que ordene el devenir y el extasis. Si acudo al Diccionario de la RAE dice que mediatizar es : «Intervenir dificultando o impidiendo la libertad de acción de una persona o institución en el ejercicio de sus actividades o funciones».  Cuando busco «mediar» encuentro : «Llegar a la mitad de algo»,«Interceder o rogar por alguien», «Interponerse entre dos o más que riñen o contienden, procurando reconciliarlos y unirlos en amistad».

Padula Perkins escribe en un artículo de la Cátedra Unesco de Educación a Distancia: «Resumiendo, hablamos de mediación en tanto acción de interceder entre el objeto a
ser aprendido y el sujeto que desea aprenderlo. Algo o alguienmedia entre ambos. En la educación presencial lo hace el docente en el aula. En la formación a distancia, los materiales
y la acción tutorial. En este último caso, el acto de mediar se construye a su vez sobre uno o varios medios de comunicación, es decir, se mediatiza». (2004)

Me resisto a pensarme mediatizado (aunque muchas veces me encuentro en ese lugar). Pensar en mediatización es pensar en asimetría. Elijo quedarme con la idea que estamos «mediados» por las NTICs, aunque no puedo negar que las sociedades van cambiando por la acción  de las nuevas tecnologías. Enseñanza y aprendizaje reconciliados por las NTICs.  Quiero creer que somos aún una sociedad que puede elegir lo que se construye dentro de ella. Así también para la educación, fuente principal de libertad para el hombre.